SEMIR ZEKI, EXPLORA LA RELACIÓN ENTRE NEURONAS Y ARTE
“Artista es el que hace visible lo invisible”
Tengo 62 años y nací en Beirut, pero me crié y vivo en Londres. Soy catedrático de Neurobiología en la Universidad de Londres. Estoy casado y tengo dos hijos veinteañeros. Soy un independiente liberal. Yo no sigo religión alguna, pero las religiones son necesarias para el ser humano, que busca respuestas: yo me quedo en las preguntas.
VÍCTOR–M. AMELA - 30/08/2004
El papel pintado de la pared de mi dormitorio cuando yo era bebé...
–¿Qué le pasa?
–...¿moldeó mi cerebro, dejó huella en mi personalidad?
–Ja, ja... No hay que exagerar. Pero es cierto que todo influye. El entorno visual que se le proporciona a un bebé es muy importante.
–¿Y cómo debería ser el entorno del bebé?
–Variado. Que vea a su alrededor cosas variadas, que se le saque de paseo... Todos esos estímulos visuales enriquecen su cerebro.
–¿Somos animales visuales?
–Sí. El 25% de nuestro cerebro está procesando información visual.
–¿Y por qué somos así y no de otra manera?
–Una de las funciones del cerebro es la de obtener conocimientos, ¡y la visión es una vía muy eficaz! Y la evolución –con la visión de por medio– nos ha llevado hasta aquí.
–Ver ciertas formas femeninas... a mí me estimula: ¿eso es genético o es aprendizaje?
–Es básicamente genético. Y es también genético que otros se exciten mediante otras visiones... Conclusión: ¡la variabilidad es natural y genética, y es una baza a favor de la pervivencia de la especie!
–¿Por qué?
–Porque esa variabilidad facilita que pueda existir alguien al que le gustes tú. Posibilita que hasta un feo pueda gustar a alguien.
–Hombre, gracias, me alivia usted.
–Pensaba en mí. La variabilidad es la herramienta de la evolución. Si reprimimos esa variabilidad, ¡estamos actuando antievolutivamente! Y lo digo porque la variabilidad incluye la atracción homosexual, claro.
–Bien, pero ésa es una atracción infértil...
–¿Infértil? Vea usted el aluvión de obras de arte, poemas, estatuas, pinturas que ha inspirado... ¡Es fértil de otro modo! Yo diría que la homosexualidad tiene también una función reproductora, aunque no biológica.
–Curioso...
–¿No es interesante que tantas creaciones artísticas, tantas obras de la cultura colectiva, deriven del amor homosexual? Eso es útil evolutivamente, ¡seguro! Hay varias formas de amor, y todas son útiles a la evolución.
–Pues respóndame ahora como neurobiólogo: ¿qué es el amor?
–Un estado del cerebro que moviliza al cuerpo entero.
–Qué aséptico suena.
–Pero es así: es una estrategia de nuestra naturaleza conducente a la reproducción.
–¿Sólo eso?
–No. El amor puede prolongarse más allá del episodio reproductivo. Pero el enamoramiento, la pasión amorosa, sí es algo breve.
–¿Dos años? ¿Seis años?
–Se desata un maremoto hormonal y enzimático que dura... más cerca de dos años que de seis. Hay palpitaciones, sudores... locura. ¡El enamoramiento es una forma de locura!
–Una locura transitoria... y maravillosa.
–Una locura útil. Útil para la especie, para la naturaleza. ¿Maravillosa? Oiga: ¡la naturaleza no tiene moral! Sólo busca perpetuarse.
–¿Y el odio? ¿Es útil a la especie el odio?
–Puede haber odio constructivo y amor destructivo... Desde la biología, el odio es lo mismo que el amor: una estrategia de la reproducción de la especie. Permite competir con otros, hacerse con los espacios mejores...
–¿Qué nos ha aportado el odio?
–Leonardo y Miguel Ángel ¡se odiaban! Y Tintoretto odiaba tanto a los artistas no venecianos, que eso le llevó a colmar su Venecia de bellísimas pinturas propias, y de engalanar sus muchas iglesias con arte veneciano.
–¿Por qué una pintura es considerada “bellísima” por nuestro cerebro?
–Porque le comunica algún conocimiento. Nuestro cerebro anhela conocimiento, y el arte lo proporciona, y eso es gratificante...
–Pero será un conocimiento no científico...
–Un conocimiento de un tipo distinto al de la ciencia, ¡pero un conocimiento! Y el conocimiento siempre genera placer.
–Desde el bisonte de Altamira...
–Sí. Y si mira usted mi cara, por mis expresiones usted sabrá ¡en una fracción de segundo! muchas cosas sobre cómo me siento yo.
–Sí, pero dígame: ¿qué vínculo existe entre el pintor de Altamira y Picasso?
–“El artista es el que hace visible lo invisible”, decía Paul Klee, y es eso: el artista no es el que reproduce lo que ve, el artista es el que explicita algo que el cerebro de la gente no ve, y que, al verlo en su obra, reconoce.
–¿Eso sucede con el cubismo de Picasso?
–Sí. Su primer cubismo –analítico– mimetizaba la función del cerebro: fusionaba las distintas perspectivas de una misma imagen girada en un abanico de 180º.
–Una cabeza, por ejemplo.
–Sí. Más tarde saltó a un cubismo sintético: creó formas no vistas antes. Sólo por el título del cuadro sabes de qué va...
–¿Y qué dice nuestro cerebro ante eso?
–Se excita. Esos cuadros excitan las células de las formas. Por eso, para mí, todo gran artista es un neurobiólogo. Es un científico.
–¿Sí? ¿Algo une a Picasso y a Einstein?
–El pensamiento y su naturaleza. “La ciencia no es más que un proceso del pensamiento cotidiano”, dijo Einstein. Y Picasso dijo: “Me gustaría seguir los procesos de mi pensamiento cuando pinto”... En ambos casos, estamos ante procesos del pensamiento.
–Y ambos nos desvelan el universo.
–Exactamente, de dos modos diversos.
–¿Cuál es su pintura predilecta?
–La lección de música, de Vermeer.
–¿Puede oírse la música de ese cuadro?
–Ja, ja... No. Pero ¡cómo me gustaría ser cinestésico! Cinestésico es quien tiene una anomalía cerebral por la que cada color suena, tiene un sonido distinto, y cada sonido tiene forma y color. ¡Qué envidia!